De nuestras obras favoritas, “El abrazo eterno del árbol” es la representación artística del árbol en la historia mitológica con el mismo nombre, nos recuerda que la sabiduría y la paz se encuentra dentro de nosotros, que podemos encontrar las respuestas que buscamos en la vida, a través de la conexión con la naturaleza y la “escucha” de nuestro corazón.
 
Cada diseño artístico en nuestra galería es pensado y seleccionado para cumplir un propósito de confort y bienestar a quienes lo adquieren, exhiben u observan. Si quieres conocer más detalles del cuento, acá te lo compartimos:
 
“Había una vez un anciano sabio que vivía en lo más profundo del bosque, rodeado de árboles centenarios y cantos de pájaros. Este anciano se dedicaba a meditar bajo un majestuoso árbol de cerezo, conocido como el árbol de la filosofía zen.
 
Cada mañana, el anciano se sentaba bajo la sombra del árbol y cerraba los ojos, dejando que la sabiduría de la naturaleza lo envolviera. Durante horas, meditaba en silencio, conectando con la energía del árbol y con el universo entero.
 
Un día, una joven perdida en sus pensamientos llegó al bosque en busca de respuestas. Al ver al anciano meditando bajo el árbol de cerezo, se acercó tímidamente y le preguntó: "¿Puede ayudarme a encontrar mi camino? Estoy confundida y perdida en este mundo".
El anciano sonrió y le hizo un gesto para que se sentara a su lado. Le explicó que el árbol de la filosofía zen era un símbolo de equilibrio y armonía, y que, si se conectaba con él, encontraría las respuestas que buscaba.
 
La joven se sentó junto al anciano y cerró los ojos, dejando que la energía del árbol la envolviera. Poco a poco, comenzó a sentir una sensación de paz y serenidad que nunca antes había experimentado. Se dio cuenta que todo en la vida está interconectado y que la clave para encontrar su camino era escuchar su corazón y dejarse guiar por la intuición.
 
Desde ese día, la joven regresaba al bosque todos los días para meditar bajo el árbol de cerezo. Y cada vez que lo hacía, sentía el abrazo eterno del árbol que le recordaba que, al igual que las raíces de un árbol se entrelazan en la tierra, todos estamos conectados y formamos parte de algo más grande que nosotros mismos.
 
Así, el árbol de la filosofía zen se convirtió en un guía espiritual para la joven y para todos los que se acercaban a él en busca de paz y sabiduría. Y su abrazo eterno sigue envolviendo a todos aquellos que buscan respuestas en lo más profundo de su ser”.
 
Si te gustó esta información, recuerda entrar a nuestro Blog y suscribirte para enterarte de lo nuevo.